El artista visual presenta su nuevo solo show “Territorio Movedizo”, en El Centro Cultural de España.
Curaduría: Orlando Isaac.
En colaboración con LOR. Opening: Viernes 7 de Junio, 7:00 PM. / Zona Colonial, RD.
OCA|News / Centro Cultural de España / Junio, 2024 / Nacional
El artista dominicano Gerard Ellis nos ofrece una perspectiva incisiva y reflexiva que surge "desde el contén", un lugar de observación que no lo deja salir del asombro. Esta mirada crítica está profundamente enraizada en su experiencia de vivir entre el subdesarrollo y la burocracia, en un entorno metropolitano tan hostil que se mueve entre retóricas populistas sin que realmente cambie nada para la clase obrera.
Desde temprano mostró interés por los temas políticos que flagelan la sociedad dominicana denunciando a través de sus ilustraciones de manera elegante la realidad social carente de valores éticos y morales, a través de la prensa escrita, en donde estas se convirtieron en artículos visuales, nutriendo desde su arte una cosmovisión profunda de las luchas y desafíos de un pueblo.
En su nuevo cuerpo de trabajo, "TERRITORIO MOVEDIZO", Ellis profundiza en la anatomía humana, transformándola en una entidad híbrida que fusiona la maquinaria y el cuerpo humano y en su complejidad reflexiona sobre los horarios y momentos que solapan unos con otros, en donde se le exige cada vez más al empleado, al trabajador, al que provee un servicio. Es como si una persona fuese solamente su trabajo y viceversa. Gerard, a través de su obra, explora esta fusión entre máquina-objeto-utensilio-humano, como si fueran parte de un mismo cuerpo que cobran vida y se ponen en marcha.
Estos cuerpos mutilados y periféricos, representados en su obra, han sido sometidos a la explotación laboral y la invisibilidad ciudadana, en los que el artista aborda de manera contundente el tema de los desplazamientos humanos, reflejando la realidad de aquellos que se ven forzados a abandonar sus hogares en busca de mejores oportunidades, huyendo de la violencia y la pobreza.
La elección de este tema no es casual; refleja su compromiso con una crítica social y política que aborda las profundas desigualdades y las luchas cotidianas de los marginados. Ellis utiliza su arte para denunciar la opresión sistemática y la deshumanización que sufren los trabajadores y los desplazados en un sistema que los explota y los ignora.
En sus obras, Ellis emplea símbolos de la clase obrera, como chalecos fluorescentes tan vibrantes que hasta el sol implacable se oculta para dejar que ellos mismos cobren vida convirtiéndose en poderosas metáforas visuales ante la precariedad y el esfuerzo humano, resaltando la dura realidad de aquellos que construyen y mantienen el tejido urbano mientras permanecen invisibles y desprotegidos. Al incorporar estos símbolos, Ellis da voz a las historias silenciadas de los trabajadores y destaca la dualidad de ser esenciales pero desvalorizados.
Estamos ante un artista que no solo crea desde una perspectiva crítica, sino que también se asume como crítico frente a su propia obra. En "TERRITORIO MOVEDIZO", Ellis hace una declaración poderosa sobre la sumatoria de las necesidades humanas y las escasas oportunidades que enfrentamos, en donde no solo critica el sistema, sino que también ofrece un espacio para la resistencia y la esperanza.
MOVING TERRITORY / A Critical Look at the Work of Gerard Ellis: Between Reflection and Complaint
The Dominican artist Gerard Ellis offers us an incisive and reflective perspective that emerges "from within", a place of observation that does not let him leave the amazement. This critical view is deeply rooted in his experience of living among underdevelopment and bureaucracy, in a metropolitan environment so hostile that he moves between populist rhetoric without really changing anything for the working class.
From early on he showed interest in the political issues that plague Dominican society, denouncing through his illustrations in an elegant way the social reality lacking ethical and moral values, through the written press, where these became visual articles, nourishing from his art a deep worldview of the struggles and challenges of a people.
In his new body of work, "MOVEDIZO TERRITORY", Ellis delves into human anatomy, transforming it into a hybrid entity that fuses machinery and the human body and in its complexity reflects on the schedules and moments that overlap with each other, where More and more is demanded of the employee, the worker, the one who provides a service. It is as if a person were only his work and vice versa. Gerard, through his work, explores this fusion between machine-object-utensil-human, as if they were part of the same body that come to life and start moving.
These mutilated and peripheral bodies, represented in his work, have been subjected to labor exploitation and citizen invisibility, in which the artist forcefully addresses the issue of human displacement, reflecting the reality of those who are forced to abandon their homes in search of better opportunities, fleeing violence and poverty.
The choice of this topic is not accidental; reflects his commitment to a social and political critique that addresses the deep inequalities and daily struggles of the marginalized. Ellis uses his art to denounce the systematic oppression and dehumanization that workers and displaced people suffer in a system that exploits and ignores them.
In his works, Ellis uses symbols of the working class, such as fluorescent vests so vibrant that even the relentless sun is hidden to let them come to life, becoming powerful visual metaphors for precariousness and human effort, highlighting the harsh reality of those that build and maintain the urban fabric while remaining invisible and unprotected. By incorporating these symbols, Ellis gives voice to the silenced stories of workers and highlights the duality of being essential but devalued.
We are faced with an artist who not only creates from a critical perspective, but also assumes himself as a critic of his own work. In "MOVING TERRITORY," Ellis makes a powerful statement about the sum of human needs and the scarce opportunities we face, where he not only criticizes the system, but also offers a space for resistance and hope.
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