Por: Dra. Paula Gómez Jorge / Historiadora del arte y curadora
La exposición “Atacama” del reconocido artista puertorriqueño Antonio Martorell, que se presente en Galería ASR Arte San Ramon durante el mes de noviembre de 2024, es un conjunto de obras que no solo reflejan el profundo compromiso de Martorell con una visión crítica y reflexiva sobre la sociedad y el medio ambiente, sino que también subrayan la conexión vibrante que persiste entre los pueblos de República Dominicana y Puerto Rico, inspirando un entendimiento mutuo y una colaboración enriquecedora en el arte y otros campos del conocimiento.
OCA|News Antonio Martorell / Galería ASR Arte San Ramón / Noviembre 12, 2024 / Nacional –Internacional /
Desde sus primeros encuentros con el público dominicano en 1977, cuando participó en la colectiva Gráfica y Poesía de Puerto Rico en Casa de Teatro, Martorell ha tejido una relación íntima y fructífera con República Dominicana. Ya en los años 80, en la entonces Galería de Arte Moderno —hoy Museo de Arte Moderno— presentó su exposición individual Dibujos y Grabados, que incluyó la serie Salmos de Ernesto Cardenal, ahora parte de la colección permanente del museo. A partir de este momento, su presencia en el ámbito artístico dominicano ha sido constante, dejando una marca indeleble en la cultura del país.
Comprometido con estos lazos de colaboración caribeña, Martorell ha regresado en numerosas ocasiones: en 1992, formó parte del conjunto de artistas que representaron a Puerto Rico en la Primera Bienal de Pintura del Caribe y Centroamérica en la Galería de Arte Moderno; en 2009, el Museo Bellapart presentó La Plena Inmortal, ensayo gráfico reflexivo sobre la brevedad de la vida y de la muerte, homenaje a la plena puertorriqueña y a los maestros Lorenzo Homar y Rafael Tufiño; y en 2010, la I Trienal Internacional del Caribe le otorgó una mención de honor en reconocimiento a su trayectoria.
En 2015, Imalabra, exhibida en el Museo de Arte Moderno, exploró el diálogo entre la palabra y la imagen, mientras recordaba al preso político puertorriqueño Oscar López. Su vínculo con Arte San Ramón también ha sido significativo: en ese mismo año, participó en la colectiva Reinterpretaciones y Subjetividades, y en el 2017, la galería exhibió su serie pictórica titulada Costa Caribe: Olas y Horas, reflejo de su conexión íntima con el mar y el Caribe compartido. Además, como autor, fue invitado especial en la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo en 2019, y nuevamente este año, representando a Puerto Rico en la edición 2024.
La producción artística de este magnífico creador multidisciplinario, que abarca una rica variedad de temas y problemáticas culturales, políticas y sociales del Ser Caribeño, revela a un Martorell comprometido con las causas sociales y ambientales de la región y del mundo. Martorell no solo observa, sino que se sumerge en las realidades ambientales de su entorno, convirtiendo su obra en un acto de resistencia. En 2017, junto al arquitecto Segundo Cardona, Martorell creó una instalación que fusiona arquitectura, arte y literatura en la ciudad de Nueva York, en honor a las víctimas del huracán María y como tributo a su memoria tras el paso del terrible fenómeno por Puerto Rico.
En la playa de Ponce, donde reside y tiene su Casa-Taller, Martorell ha sido un defensor constante contra la contaminación de las aguas por chatarras y metales pesados, denunciando cómo la degradación de los recursos naturales impacta directamente a las comunidades locales.
En 2022, Martorell encontró en el desierto chileno de Atacama una nueva inspiración para su activismo. Conmovido por la contaminación textil que impacta este ecosistema único, creó una serie de obras en la línea de la pintura de acción, que ahora presenta en ASR Galería Arte San Ramón. Nueva vez, su trabajo trasciende lo estético, utilizando la creación artística como medio de denuncia y reflexión sobre las problemáticas ecológicas.
Esta nueva condición del desierto Atacama es un reflejo de vulnerabilidad y resistencia, una dualidad que Martorell captura con maestría en sus obras. Las tonalidades ocres, verdes, rojizas y grises en sus trabajos evocan el resplandor de la luz sobre la arena invitándonos a imaginar la vastedad de ese paisaje. Con cada gesto pictórico el artista recrea el torbellino de viento en las dunas, los infinitos destellos de los minerales, y la textura áspera de la arena. Sus improntas de color se vuelven huellas humanas, ecos de cuerpos que persisten en la memoria del paisaje.
Esta muestra se convierte en un manifiesto visual que nos invita a reflexionar sobre las consecuencias de la intervención humana en la naturaleza. Para Martorell, el arte es tanto un vehículo de protesta como un acto de amor hacia la tierra, un llamado a preservar el entorno natural.
La historiadora del arte Yolanda Wood, en su libro Islas del Caribe: naturaleza-arte-sociedad, sostiene que las artes plásticas en el Caribe en el contexto de cambio y transición entre los siglos XX-XXI, no son meros reflejos culturales, sino vehículos de activismo que despiertan la conciencia social sobre problemas urgentes. En esa misma línea de pensamiento, se entrelazan las propuestas ecologistas de Martorell y las del artista dominicano Tony Capellán (1955-2017), quien denunció la contaminación que afecta al Mar Caribe, utilizando en sus piezas los mismos desechos plásticos que dañan sus aguas y sus ecosistemas. Al igual que Capellán, Martorell invita al espectador a repensar sobre las consecuencias de nuestro consumo y a adoptar una conciencia ecológica recordándonos que ambos ecosistemas, aunque distantes, comparten una vulnerabilidad común ante el impacto humano.
Resonances of Atacama in the Caribbean: Antonio Martorell, Puerto Rican artist at ASR Gallery.
By: Dr. Paula Gómez Jorge / Art historian and curator
The exhibition “Atacama” by renowned Puerto Rican artist Antonio Martorell, which will be presented at Galería ASR Arte San Ramon during the month of November 2024, is a set of works that not only reflect Martorell’s deep commitment to a critical and reflective vision of society and the environment, but also underscore the vibrant connection that persists between the peoples of the Dominican Republic and Puerto Rico, inspiring mutual understanding and enriching collaboration in art and other fields of knowledge.
OCA|News Antonio Martorell / Galería ASR Arte San Ramon / November 12, 2024 / National – International /
Since his first encounters with the Dominican public in 1977, when he participated in the collective Gráfica y Poesía de Puerto Rico at Casa de Teatro, Martorell has woven an intimate and fruitful relationship with the Dominican Republic. Already in the 1980s, at the then Gallery of Modern Art —now the Museum of Modern Art— he presented his solo exhibition Drawings and Engravings, which included the series Psalms by Ernesto Cardenal, now part of the museum's permanent collection. From that moment on, his presence in the Dominican artistic scene has been constant, leaving an indelible mark on the country's culture.
Committed to these ties of Caribbean collaboration, Martorell has returned on numerous occasions: in 1992, he was part of the group of artists who represented Puerto Rico at the First Biennial of Painting of the Caribbean and Central America at the Gallery of Modern Art; in 2009, the Bellapart Museum presented La Plena Inmortal, a reflective graphic essay on the brevity of life and death, a tribute to the Puerto Rican plena and to the masters Lorenzo Homar and Rafael Tufiño; and in 2010, the First International Triennial of the Caribbean awarded him an honorable mention in recognition of his career.
In 2015, Imalabra, exhibited at the Museum of Modern Art, explored the dialogue between word and image, while remembering Puerto Rican political prisoner Oscar López. His connection with Arte San Ramón has also been significant: that same year, he participated in the collective Reinterpretations and Subjectivities, and in 2017, the gallery exhibited his pictorial series entitled Caribbean Coast: Waves and Hours, a reflection of his intimate connection with the sea and the shared Caribbean. In addition, as an author, he was a special guest at the Santo Domingo International Book Fair in 2019, and again this year, representing Puerto Rico in the 2024 edition.
The artistic production of this magnificent multidisciplinary creator, which covers a rich variety of cultural, political and social themes and issues of the Caribbean Being, reveals a Martorell committed to the social and environmental causes of the region and the world. Martorell not only observes, but immerses himself in the environmental realities of his environment, turning his work into an act of resistance. In 2017, together with architect Segundo Cardona, Martorell created an installation that fuses architecture, art and literature in New York City, in honor of the victims of Hurricane Maria and as a tribute to their memory after the terrible phenomenon passed through Puerto Rico.
On the beach of Ponce, where he resides and has his House-Workshop, Martorell has been a constant defender against water pollution by scrap metal and heavy metals, denouncing how the degradation of natural resources directly impacts local communities.
In 2022, Martorell found in the Chilean Atacama Desert a new inspiration for his activism. Moved by the textile pollution that impacts this unique ecosystem, he created a series of works in the line of action painting, which he now presents at ASR Galería Arte San Ramón. Once again, his work transcends the aesthetic, using artistic creation as a means of denunciation and reflection on ecological problems.
This new condition of the Atacama Desert is a reflection of vulnerability and resistance, a duality that Martorell masterfully captures in his works. The ochre, green, reddish and grey tones in his works evoke the glow of light on the sand, inviting us to imagine the vastness of that landscape. With each pictorial gesture, the artist recreates the whirlwind of wind in the dunes, the infinite flashes of minerals, and the rough texture of the sand. His imprints of color become human footprints, echoes of bodies that persist in the memory of the landscape.
This exhibition becomes a visual manifesto that invites us to reflect on the consequences of human intervention in nature. For Martorell, art is both a vehicle of protest and an act of love towards the land, a call to preserve the natural environment.
Art historian Yolanda Wood, in her book Caribbean Islands: Nature-Art-Society, argues that the visual arts in the Caribbean are a symbol of human activity, and ...
In the context of change and transition between the 20th and 21st centuries, they are not mere cultural reflections, but vehicles of activism that raise social awareness about urgent problems. In this same line of thought, the ecological proposals of Martorell and those of the Dominican artist Tony Capellán (1955-2017) are intertwined. Capellán denounced the pollution that affects the Caribbean Sea, using in his pieces the same plastic waste that damages its waters and ecosystems. Like Capellán, Martorell invites the viewer to rethink the consequences of our consumption and to adopt an ecological conscience, reminding us that both ecosystems, although distant, share a common vulnerability to human impact.
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