ROBERTO OSSAYE / Guatemala // BIOGRAfÍA / Biography
EL EJEMPLO DE ROBERTO OSSAYE
por Huberto Alvarado.
La generación literaria y artística que se forjo como producto de la Revolución de Octubre de 1944, ha sufrido como pocas la fuerza trágica del destino que ha segado la vida de valiosos artistas jóvenes: Miguel Alzamora Méndez, víctima de un balazo destinado a otra persona; Orlando Vitola, atropellado mortalmente por una camioneta; Arturo Martínez, partiendo hacia la muerte en el “accidente” de aviación de Raxon; Adalberto de León Soto, suicidándose en el zoológico de Vincennes en Paris y Roberto Ossaye, dejando su joven vida, en otro accidente como lo fue su incurable enfermedad.
Cada día que pasa es para mí más nítido el recuerdo de Roberto Ossaye, por su ascendente capacidad artística, su inquebrantable voluntad creadora y su valentía ejemplar ante el dolor físico. Durante varios años aprendí a estimarlo en todo lo que valía, pero especialmente en los meses más difíciles de su enfermedad, cuando la crisis que lo conducían hacia la muerte era un hecho que él y todos conocíamos perfectamente.
Teniendo con Ossaye, a la vez que ideas comunes, algunas discrepancias en cuanto a concepciones artísticas, escritores y poetas jóvenes, nos unía nuestra inquietud cultural, nuestro inmenso amor a Guatemala y un permanente trabajo por romper con obras y hechos el adormecido ambiente local y crear una vida artística.
Recuerdo una visita a su estudio en 1947, cuando le obsequie un ejemplar del primer número de la revista Saker-Ti y me expuso sus puntos de vista críticos sobre la misma, mientras trabajaba en un busto de uno de los primeros escritores guatemaltecos de todos los tiempos: MIGUEL ANGEL ASTURIAS. En esa ocasión hablamos de la necesidad de realizar innúmeras exposiciones de pinturas y escultura en las distintas regiones del país. Desde ese lejano y cercano 1947 hasta 1954, los cuadros de Roberto y de los jóvenes pintores guatemaltecos, fueron llevados por el grupo Saker-Ti, a casi todos los departamentos de la república, provocando más desconcierto y confusión que admiración. En aquella época, Ossaye pintaba con u realismo ingenuo, a las gentes del pueblo y uno de sus cuadros pendía de los muros del edificio de la Confederación de Trabajadores de Guatemala con la imagen de un obrero ante las maquinas, desafiantemente desnudo.
Después de sus estudios realizados en Nueva York, mediante una beca gubernamental, regreso influido por las corrientes abstractas y especialmente por el cubismo, habiendo logrado una firma capacidad técnica u más frescura y agilidad en su dibujo.
Dispuesto a colaborar en toda empresa cultural, Ossaye prestó su concurso para la fundación de la “Casa de la Cultura Guatemalteca”, y fue miembro activo de la Comisión de Plástica. En medio del agitado ambiente político, las labores culturales encontraban simpatía y se abrían paso. Los intelectuales de uno y otro bando, por encima de las discrepancias ideológicas, empezaron a ver en “la Casa de la Cultura”, un centro que aspiraba a impulsar el desarrollo artístico del país sin criterios sectarios. Poetas, escritores y artistas, realistas y arte puristas en las actividades de la Casa y Ossaye fue precisamente uno de los campeones de un trabajo cultural que partiera de un criterio amplio. En esa línea se mantuvo esta institución desde que se fundó hasta que fue cancelada por “subversiva” en 1954.
La responsabilidad con que Roberto asistía a las reuniones de la “Casa de la Cultura” se vio afectada por su dolorosa enfermedad. Juntamente con Dagoberto Vásquez, amigo ejemplar de Roberto y cuya atención y cuidado por su salud lastimaba de Ossaye fueron incansables, Enrique Juárez Toledo, José Enrique Torres, Raúl Leiva, Arturo Martínez, Juan Antonio Franco, y otros compañeros, visitaban a Roberto en la casa que había construido a orillas de la carretera Roosevelt. Los planos, los muebles y la decoración de la residencia habían sido diseñados por el joven pintor. Era una casa extraordinariamente bella, sencilla y funcional.
La primera vez que fuimos a verlo lo encontramos por última vez de pie. Nos llevo a su estudio y nos enseño sus últimas obras. Después nos recibió en su lecho de enfermo. Su mortal enfermedad se agravaba, sin embargo interesado hasta sus últimas horas de vida en las actividades culturales, nos exigía que le informáramos de lo resuelto en las sesiones de la “Casa de la Cultura”. Inmediatamente nos daba sus opiniones desfavorables o favorables. Recuerdo sus indicaciones sobre la decoración del nuevo edificio a donde pensábamos trasladar la Casa y su insistencia respecto a la primera temporada del Cine Club y las subsiguientes, tanto por la decoración de la sala donde debían ser presentadas como por las películas que sería necesario exhibir. Igualmente externaba sugerencias y opiniones sobre la Sala de Plástica que la Casa proyectaba abrir en diciembre y la exposición de Arte Popular a realizarse en octubre. Y mientras vertía claramente sus ideas, el dolor, duro como un puñal de acero fino, le partía su cuerpo y Roberto y Roberto apagaba el quejido que no emitían sus labios, apretando la uñas de sus dedos en la palma de la mano. Nada traslucía su agudo sufrimiento que apenas vislumbramos por la palidez de su rostro. Nunca se quejo de su enfermedad, ni hacia referencias de ella. Su dolor era ajeno a la plástica como si fuera algo que le estuviera desgarrando el cuerpo... Simplemente nos decía “estoy mejor” cuando en verdad cada día que pasaba se acercaba mas al final.
En nuestras últimas visitas, el esfuerzo que hacía era mayor. El cáncer corroía sus pulmones y los dolores eran cada vez más agudos, sangrientos, brutales. Después de agobiadoras noches y días, de los cuales sobrevivía mediante el auxilio del oxigeno y varios medicamentos, nos hablaba pausada y sencillamente como quien ha pasado las horas con toda tranquilidad, Ossaye al borde de la tumba nos daba cada vez que lo visitábamos una lección ejemplar, una lección de firmeza inquebrantable, de valentía que jamás podremos olvidar. El que tanto ansiaba vivir para pintar, se despedía de la vida, con una sencillez, una nobleza y una dignidad que demostraban la grandeza de su corazón y la granítica fuerza de su voluntad.
Llego el históricamente trágico mes de Junio de 1954. Y en un amanecer gris y lluvioso el castigado cuerpo de Roberto descanso cuando su corazón se fue apagando. Bajo la pertinaz lluvia de ese junio cargado de presagios y pesares, acompañamos por última vez a uno de los más talentosos pintores jóvenes de Guatemala.
En 1950 se nos fue Alzamora Méndez, en 1952, Vitola, en 1954 Ossaye, en 195, Martínez, en 1957, de león Soto. Fechas trágicas que han roto vidas jóvenes, cerrando capítulos que apenas abrían sus páginas. Y Ossaye, el más joven de todos, cayendo no en el accidente que el azar dispone, sino víctima de una enfermedad incurable, de un accidente todavía más doloroso y tremendo.
Y veo a Roberto Ossaye, frente a las furias desatadas luchando, siempre de pie con gloriosa dignidad contra la muerte.
THE EXAMPLE OF ROBERTO OSSAYE
by Huberto Alvarado.
Literary and artistic generation that was forged as a result of the October Revolution of 1944, has suffered as few tragic force of destiny that has claimed the lives of valuable young artists: Miguel Alzamora Mendez, victim of a bullet intended for someone else; Orlando Vitola, fatally run over by a truck; Arturo Martinez, starting to death in the "accident" Raxon aviation; Adalberto de León Soto, committing suicide in the Zoo de Vincennes in Paris and Roberto Ossaye, leaving his young life, in another accident as was his incurable disease.
Every day that goes for me sharpens the memory of Roberto Ossaye, by its ascending artistic ability, his unwavering creative will and exemplary courage in physical pain. For several years I learned to esteem in all it was worth, but especially in the most difficult months of her illness, when the crisis that led him to death was a fact that he and all knew perfectly.
Having with Ossaye, while common ideas, some discrepancies in artistic concepts, young writers and poets, we joined our cultural restlessness, our immense love for Guatemala and a permanent job by breaking works and made the sleepy local environment and create an artistic life.
I remember a visit to his studio in 1947, when he flatters a copy of the first issue of Saker-Ti and I explained their critical view on it while working on a bust of one of the first writers of all Guatemalans Time: Miguel Angel Asturias. This time we talk about the need for countless exhibitions of paintings and sculpture in the different regions. From that distant and 1947-1954, Roberto boxes and young Guatemalan painters, they were taken by the Saker-Ti group almost all departments of the republic, causing more confusion and confusion than admiration. At that time, Ossaye painted with or naive realism, the common people and one of his paintings hung on the walls of the building of the Confederation of Workers of Guatemala with the image of a worker to the machine, defiantly naked.
After his studies in New York, by a government grant, return influenced by the abstract movements and especially by Cubism, having achieved a firm technical capacity or more freshness and agility in your drawing.
Willing to collaborate across cultural enterprise, Ossaye lent his competition for the foundation of the "Casa de la Cultura Guatemalteca" and was an active member of the Committee of Plastic. Amid the hectic political environment, cultural practices found sympathy and made their way. The intellectuals of both sides, above ideological differences, began to see "House of Culture", a center that aimed to promote the artistic development of the country without sectarian lines. Poets, writers and artists, and realistic art purists in the activities of the House and Ossaye was precisely one of the champions of a cultural work that departed from a comprehensive approach. In that line this institution remained since it was founded until it was canceled for "subversive" in 1954.
The responsibility with which Roberto attended meetings of the "House of Culture" was affected by his painful disease. Together with Dagoberto Vasquez, Roberto exemplary friend whose attention and care about their health hurt of Ossaye were tireless, Enrique Toledo Juarez, Jose Enrique Torres, Raul Leiva, Arturo Martinez, Juan Antonio Franco, and other colleagues visited Roberto in house he had built on the banks of the Roosevelt road. Drawings, furniture and home decoration were designed by the young painter. It was an extraordinarily beautiful, simple and functional home.
The first time we went to see him last met up. He took us to his studio and showed us his latest works. After we received in his sickbed. Her deadly disease, however interested worsened until his last hours of life in cultural activities, requiring us that we informed him of the decision at meetings of the "House of Culture". We immediately took its unfavorable or favorable opinions. I remember his instructions on decorating the new building where we thought moving to the House and his insistence on the first season of Cinema Club and subsequent, therefore the decor of the room where they were to be presented as movies that would be necessary to show. Externaba also suggestions and opinions on the Board of Plastic that the House planned to open in December and Folk Art exhibition to be held in October. And while pouring their ideas clearly, pain, hard as stainless steel dagger, he split his body and turned off the Roberto and Roberto moan did not issue his lips, pressing her fingernails into the palm of the hand. Nothing shone through his acute suffering that barely glimpsed by the pallor of his face. I never complained about her illness, or references to it. Her pain was unrelated to the plastic as if it were something that was tearing the body ... We just said "I'm better" when in fact each day that passed was closer to the end.
In our last visits, the effort made was greater. Cancer eating away his lungs and pains were becoming more acute, bloody, brutal. After agobiadoras nights and days, of which survived through the help of oxygen and various medications, we spoke slowly and simply as one who has spent hours peacefully, Ossaye the edge of the grave gave us each time we visited a lesson exemplary lesson of unwavering firmness, courage we can never forget. Which longed to paint live, he said goodbye to life, with a simplicity, nobility and dignity that showed the greatness of his heart and the granite strength of his will.
Came the historically tragic month of June 1954. And in a gray and rainy dawn punished Roberto body break when his heart was fading. Under the persistent rain of the June full of foreboding and sorrow, accompanied for the last time one of the most talented young painters of Guatemala.
In 1950 we went Alzamora Mendez in 1952 Vitola in 1954 Ossaye, 195, Martinez, in 1957, Leon Soto. Dates tragic young lives broken by closing chapters that just opened their pages. And Ossaye, the youngest of all, not falling in the accident that chance offers, but victim of an incurable disease, an even more painful and terrible accident.
And I see Roberto Ossaye, against the furies unleashed fighting, always standing with glorious dignity against death.
" El arte, sus causas y azares, una de las raras armas que nos quedan
para combatir la sordidez del subdesarrollo y sus consecuencias "
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